Generación Z y liderazgo: ¿crisis de referentes o modelos que ya no inspiran?

Un dato que inquieta
Solo el 38% de la Generación Z quiere convertirse en mánager.
Este número, más allá de la estadística, abre una pregunta clave:
¿Estamos frente a una crisis de liderazgo o ante modelos que ya no conectan con las nuevas generaciones?
¿Por qué la Gen Z no se proyecta como líder?
Muchos jóvenes no rechazan la idea de liderar.
Lo que rechazan son los modelos actuales de liderazgo, que perciben como:
- Sobrecarga: roles que implican estar siempre disponibles.
- Burocracia: procesos lentos, reglas rígidas y poco espacio para innovar.
- Desequilibrio vida-trabajo: líderes atrapados en agendas imposibles, sin tiempo para sí mismos ni para sus equipos.
👉 En otras palabras: no es que no quieran liderar, es que no se identifican con la manera en que se lidera hoy.
Lo que la Gen Z espera del liderazgo
La Generación Z creció en un contexto de hiperconexión, diversidad y conciencia social. Por eso, busca líderes que reflejen estos valores:
- Propósito y sostenibilidad: que el trabajo tenga sentido más allá de los resultados financieros.
- Delegación y empoderamiento: menos control, más autonomía para decidir y crecer.
- Empatía y gestión de conflictos: entornos inclusivos, donde se pueda hablar de lo difícil.
- Feedback y desarrollo: líderes que impulsen el aprendizaje continuo.
- Diversidad e inclusión: espacios seguros, donde la pertenencia sea real y no solo un discurso.
El impacto en las organizaciones
Ignorar estas expectativas tiene un costo:
- Talento joven que no quiere asumir roles de liderazgo.
- Dificultad para asegurar la sucesión de puestos clave.
- Equipos menos motivados y con mayor rotación.
En cambio, las empresas que replantean su modelo de liderazgo logran:
- Atraer y retener talento de la Gen Z.
- Construir culturas más resilientes y adaptativas.
- Convertir el liderazgo en una experiencia inspiradora y sostenible.
El rol de las organizaciones
No se trata de “convencer” a la Gen Z de ser líderes, sino de diseñar modelos que valga la pena liderar.
Eso implica:
- Revisar prácticas que generan sobrecarga.
- Rediseñar el liderazgo como un espacio de propósito y desarrollo.
- Crear referentes que conecten con los valores de las nuevas generaciones.
En síntesis
La Generación Z no está rechazando el liderazgo.
Está pidiendo nuevos referentes que conecten con sus valores y transformen la manera en que entendemos el rol de liderar.
En Cegos LATAM, acompañamos a las organizaciones en este desafío, diseñando programas de liderazgo que integran propósito, empatía y agilidad, para construir modelos que resulten atractivos e inspiradores para las nuevas generaciones.