Tres prácticas sencillas para que tu empresa empiece a escuchar el futuro

22 de diciembre de 2025
Escrito por Cegos Team
man looking through binoculars

Las organizaciones suelen quedarse atrapadas en lo urgente, sin tiempo para observar señales del entorno que podrían anticipar cambios relevantes. Sin embargo, comenzar a “escuchar el futuro” no requiere grandes inversiones: basta con activar nuevas prácticas y sensibilidades. El objetivo es  evitar promesas innecesarias y abrir espacio para decisiones más informadas.

Basado en la mirada de Pablo Reyes, que afirma que: “Escuchar el futuro en el presente requiere prácticas simples que permitan observar señales, conversar sobre lo que está cambiando y tomar decisiones con mayor anticipación.”  

Aquí te dejamos tres acciones simples que puedes implementar desde ya. 

1. Reunión mensual de señales débiles (45 minutos): Invita a 6–8 personas de distintas áreas. Pídeles que traigan 3 señales del entorno: 

  1. Cambios en clientes o comportamientos emergentes. 
  2. Tecnologías o modelos que podrían alterar la industria.  
  3. Tendencias sociales o culturales con impacto potencial.  

No se evalúa, no se decide: solo se observa
Cada uno explica por qué cree que esa señal podría convertirse en tendencia. 

Resultado: Mapa vivo y dinámico del entorno. Este mapa permite detectar patrones, ajustar prioridades y sostener conversaciones estratégicas más informadas.  

2. Conversaciones cruzadas con áreas externas al negocio 

Una vez al trimestre, convoca a personas de: 

  • Arte 
  • Investigación 
  • Diseño 
  • Comunidades 
  • Educación 
  • Startups 

El propósito es ampliar la mirada con perspectivas que el negocio normalmente no considera. Esta práctica amplía la sensibilidad y la comprensión del presente. 

3. Ejercicio express “¿qué tal si…?” 

En reuniones estratégicas, una vez al mes: 

  • ¿Qué tal si este cambio se acelera? 
  • ¿Qué tal si aparece un competidor inesperado? 
  • ¿Qué tal si nuestra industria muta hacia otro modelo? 
  • ¿Qué tal si los criterios de decisión de nuestros clientes cambian?  

5–10 minutos bastan. Este micro ejercicio entrena la anticipación y detona nuevas ideas. 

¿Por qué funciona? 

Porque anticipar no depende de intuición: depende de prácticas simples, consistentes y enfocadas. 

Comenzar por estas tres acciones despierta el músculo de la observación, rompe inercias y abre conversaciones que normalmente no suceden en las organizaciones. 

¿Quieres implementar un proceso de anticipación sencillo en tu equipo? Conversemos. 

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